La Asociación Pro-Música Amadeo L. Sala realizó el libro: Voces en el Silencio, cuyos beneficios fueron entregados, en su totalidad, a la ONG Asociación Dar al Karama, (niños enfermos de los campos de concentración saharauis), de Alicante.
PRÓLOGO
Hace algún tiempo cayó en mis manos una antología de poesía española escrita exclusivamente por mujeres. El libro llevaba el sugerente título de Las Diosas Blancas y obedecía a una rigurosa labor de lectura, selección y edición realizada por el también poeta Ramón Buenaventura. Se trataba de una muestra rica y admirable de la poesía que mujeres jóvenes (algunas, demasiado jóvenes) cultivaban a mediados de los años 80; hablo de una lírica que daba cuenta de un cambio de sensibilidad, de la irrupción ética y estética de una novísima generación de escritoras que más allá de vestir de modo informal, con vaqueros rasgados, o de teñirse el pelo de azul de metileno, invadía los terrenos de la posmodernidad sin escatimar en sus versos erotismo, vanguardia y frescura. De aquellas Diosas Blancas salieron nombres ya imprescindibles en la poesía contemporánea como Blanca Andreu, Ana Rossetti, Almudena Guzmán, Luisa Castro…; y así, hasta un total de 22 autoras de las que Buenaventura se atrevió a decir: “Estoy convencido plenamente de que las mujeres poetas están diciendo versos nuevos y enteramente distintos de los que dicen los hombres.”
Con semejante espíritu, 32 años después de aquella publicación, me animo a dar forma al prólogo de esta también antología de textos (poemas, prosas y narraciones breves) escritos por mujeres que tienen algo que decir, algo que manifestar y algo que extraer del fondo de sí mismas. Huyendo del recurrente poema de amor, siempre lleno de afectación y de tópicos, los textos que aquí aparecen indagan en otro tipo de experiencias no menos profundas, desde la emoción de los viajes hasta los estados de melancolía a los que conduce el paso del tiempo, la pérdida de alguien cercano, la huella de la amistad o el infinito valor de los recuerdos.
Con voces múltiples, las diosa blancas de esta obra responden, en su conjunto, a inquietudes aparentemente distintas a las que pudieron movilizar a las muchachas de aquellos transgresores años ochenta, pero vienen cargadas de audacias y pensamientos que no dejan indiferente al lector, que halla en sus versos, en la punzante confesión de una frase o en el golpe claro y valiente de una estrofa toda una declaración de amor a la vida, de admirable rebeldía o de inconforme verdad. Todas las mujeres que escriben en este libro disfrutan con plenitud de una madurez escasamente resignada a cualquier forma de indiferencia; antes bien, su postura frente la vida es combativa, de una edificante inquietud y de una curiosidad digna de los mejores años. Prueba de esa implicación y de esa perspicacia son los temas, los títulos y los versos que vamos a encontrar en la aventura que supone abrir y penetrar en este libro, leer y releer sus páginas:
Hoy decido lo que quiero, y lo que siempre he sentido. Compañera del alma, Amigas de la infancia, subo hacia las montañas, y cruzo mares y ríos abriendo mis suaves alas. Nos importa ya el momento del día o de la tarde, el tiempo que circula lento o presuroso: Atardecer, Calurosos veranos, Canto a la Primavera o el silencio en el que Cruje la noche y calla y se prolonga. El corazón se enciende: Vivencias y recuerdos, Inolvidables recuerdos, Vivir, amar, soñar. Un profundo sentimiento, Según quien te escuche, fluye: Inocencia, Esperanza, El misterio, Más que el amor, La vida sigue... Y llegan pronto los lugares, Soy peregrina: Mi casita blanca, Aquella tierra mía, Destino Jaca, Argentina, Uruguay, Venezuela, Salamina-Caldas-Colombia, Novelda o simplemente La Sede. El mundo es un regalo de pequeños detalles: La flor, La música, La rosa, El baile, El canto del jilguero, Mariposas en el jardín, Nubes… Pero también lo son, Ave María, los seres que lo habitan, ya sean reales o soñados: Poetas, Sirenita, El invidente, Ramón de Campoamor, Doña Manuela, Los gitanos, La Cruz Roja… Toda venta de versos, de canciones, de sonrisas... es Una venta afortunada. Mientras huela a rosa y nardo la conciencia del que ama, la dignidad será un refugio para millones de almas.
Palabras, versos, estrofas, poemas, prosas y semblanzas son el paisaje que encontrará, pues, el lector en esta antología titulada Voces en el silencio. Son ellas las que hablan desde la emoción, la sensibilidad y la inteligencia. Son mujeres, diosas blancas o azules, las que han ido dejando pedacitos de sí mismas en estas páginas para que alguien como nosotros los encuentre, los recoja y los ponga en el lugar amable y cálido que les corresponde, llámese pensamiento o llámese corazón.
Me alegra especialmente que las veinte autoras de este libro se hayan puesto de acuerdo para que esta obra pueda existir. Como insinuó o se atrevió a insinuar Ramón Buenaventura hace más de tres décadas, estoy convencido plenamente de que las mujeres están diciendo historias y versos enteramente distintos de los que dicen los hombres, y este es el momento de escucharlas.
JOSÉ LUIS FERRIS
Escritor, Profesor de Literatura Española
(Universidad Miguel Hernández)
El libro reunió a 20 mujeres que, con sus poemas, relatos, vivencias, recuerdos y sinceras confesiones dieron vida a Voces en el Silencio.
En Voces en el Silencio han intervenido conocidas poetisas y escritoras de Alicante y, personas totalmente anónimas pero con grandes inquietudes literarias, que han encontrado a través de este libro la oportunidad de hacer públicas sus creaciones.
Algunas de las escritoras que han participado son oriundas de Venezuela, Colombia y Uruguay. Las colaboradoras son:
Cristina González
Bene Gonzalo
Julia Bocigas
Adriana López
M. Ángeles Pinilla
Finita Martínez
Nati García de la Santa
Kary Cabezas
Eumenia Rodríguez
Mada Navarro
Maru Gandolfo
Dolores Cortés
Maravillas Cano
Miriam Pesce
Marta Barbarito
María Doralba Valencia
María Victoria Sala
Concha Bru
Carmina Seva
Araceli Martínez
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