MUSICA Y SENTIMIENTOS

Desde que existe la humanidad, se ha convivido con la música. En los cinco continentes ha habido creadores musicales y gente que se ha deleitado ejecutando esos sonidos, cada nación con su estilo, posibilidades y circunstancias.

La música nos ha acompañado en nuestros momentos tristes y alegres, en los acontecimientos importantes de nuestra vida hay música. De ahí que muchas veces un evento nos recuerde a una música y una melodía nos traiga a la mente una ocasión más o menos importante de nuestras vidas. Según nuestro estado de ánimo nos apetece oír un estilo de música, es el alma de la vida.

Una película sin una banda sonora, imposible, ¡qué cascada de emociones desencadenan los actores al compás de la melodía que interpreta la orquesta!. Sentimos alegría, compasión, terror, ligereza en una persecución, amor, sentimiento, etc.

¿Quién de niño o niña no ha pedido, cuando ha estado en una feria, un instrumento musical? La mayoría hemos tenido un tambor, una armónica, pianillo, etc. Lo hemos conservado hasta que nuestros padres se han hartado de oír esos sonidos hechos con buena intención, y nos han escondido los instrumentos.

Los músicos callejeros han tocado sus melodías, porque han sentido la música en toda su extensión, a parte de ganarse un dinerillo para subsistir.

Hay a quien le ha gustado tanto la música que habiendo perdido la audición, han seguido la melodía mentalmente y con la mano siguen el compás. En época de recesión, como fue la del 29, las personas que podían ahorrar algún centavo, lo gastaban para ir a una sala a oír música; eso les animaba para seguir con un poco de ilusión.

La madre de un famoso músico le hizo prometer a su hijo, que cuando ella faltara,  la orquesta interpretaría en su honor.

Los cinco sentidos que la vida nos ha dado, son muy importantes; el oído nos deleita a todas horas, andando, sentados, acostados,…en cualquier lugar máxime con los adelantos de nuestra época.

Suerte tenemos los que gozamos con la música, da la sensación de vivir con más intensidad, a pesar de que a veces nos alegra, y otras nos pone melancólicos.
Dichosos los que han conocido esta afición, y han sentido y sacado provecho de ella.

Anita Sala